EDITORIAL/Crece el hambre en el país

Crece el hambre en el país La severa política monetaria llevada a cabo por el Banco de México con el pretexto para  controlar la inflación, la aplicación de la llamada tasa de fondeo bancario, o "Corto" que suma casi 100 millones de pesos que retira de la economía ha tenido estragos directos a la economía de las personas y las familias, principalmente para los más pobres ya que la falta de circulante, el endeudamiento masivo de la población y la aplicación de las más altas tasas de interés del continente a nivel bancario han puesto de rodillas a millones de familias mexicanas que sobreviven con lo que pueden.  Son los efectos directos de la aplicación de las políticas neoliberales que se han venido aplicando en los últimos treinta años. Para los pobres de los últimos años hambre, sueldos bajos, pobreza extrema, carencia de agua, falta de alternativas, desempleo, abandono de los jefes de familia, una descendencia numerosa y la falta de información sobre métodos de control natal, son algunas de las constantes que han tenido que padecer.   Censos gubernamentales y de ONG aseguran que cerca de 300 municipios del país que padecen lo que es en verdad el hambre y la muerte por desnutrición por la falta de comida a cauda de la lacerante pobreza.    Lo que llamó la atención y que ha sido centro de discusiones en la opinión pública es que al clausurar la reunión de la Comisión Intersecretarial que instrumentará este programa, el presidente Enrique Peña Nieto pidió nuevas reglas para que proyectos como éste sean verdaderas herramientas para el desarrollo, que incluya a los infantes a los ciudadanos para evitar lo que verdaderamente padecen los mexicano una hambruna disfrazada. En las ciudades la cosa es la misma aunque se tapa con la modernidad de la vida moderna, el uso de las nuevas tecnologías y la TV, muchas familias no tienen la oportunidad de darse esos lujos sino para sacar lo más indispensable  para vivir. Los hijos en proceso de formar nuevas familias  para evitarse gastos viven con el padre de uno de los cónyuges ante la gravedad de la crisis económica y la falta de empleo.   Recientemente se describió la vida de la familia de la colonia El Degollado, ubicada en la frontera de las delegaciones Iztapalapa y Tláhuac, carece de lo indispensable para vivir, en un lugar donde "hay todo": locales de comida, tiendas de abarrotes y un hospital que les queda a 30 minutos caminando. Si acaso hay dinero, se usará para la comida, no para transporte. Viven apenas para unos cuantos pesos de los que pueden vivir y trabajar. Lo que se critica es que apenas los que han concentrado la riqueza se dan cuenta que el daño social causado  que se refleja incluso en la caída severa del consumo de millones de familias que podrían ser sus clientes. El presidente de la República  Enrique Peña Nieto ha reiterado que atender la pobreza "no es una opción sino una obligación ética y moral que tiene este gobierno" en un  programa que en su etapa inicial se aplicará en 400 municipios seleccionados.  También les pidió cambiar el tono del acento asistencialista de los programas sociales y, mediante nuevas reglas de operación invertirlos en verdaderos instrumentos para el desarrollo y para la superación de la pobreza y de la pobreza alimentaria. "Que se asegure que el gasto de las distintas dependencias federales se ajuste y cumpla con los lineamientos de la Cruzada Contra el Hambre". Peña Nieto también explicó los criterios por los cuales el gobierno eligió a los distintos municipios y regiones de país donde se concentrarán las acciones de la Cruzada Contra el Hambre. Ahí ubicó el caso del Acapulco Guerrero, donde el once por ciento de su población vive en condiciones de pobreza lo que representa 86 mil personas. Uno de los detallas que el nuevo gobierno debe aclarar es cómo los nuevos organismos autónomos creados para esta cruzada, como se harán los  apoyos a quienes, como se evaluará y sobre todo evitar el asistencialismo que ha sido uno de los males que no ha solucionado nada  para combatir el hambre en México, como fue el caso de los tarahumaras y ahora los indígenas nayaritas.